Shaun el Cordero: La Película Cuando Shaun decide tomarse un día libre del trabajo rutinario en la granja y divertirse, recibe un poco más de acción de lo que esperaba. Una confusión con el granjero, una caravana y una colina muy empinada los lleva a todos a la Gran Ciudad, y depende de Shaun y el rebaño regresar a todos sanos y salvos a los pastos verdes de su hogar.

Shaun el Cordero: La Película

En la gran familia de los estudios Aardman, cuna de la animación en stop-motion británica, la oveja Shaun ocupa un lugar más que destacado: hace ya 20 años que el ovino debutó haciendo un cameo en el corto A Close Shave, protagonizado por Wallace y Gromit, pero hasta ahora el cine se le había resistido. Con La oveja Shaun, la simpática y bien lista oveja salta al terreno del cine tras varios años triunfando en la pequeña pantalla y lo hace sin traicionar el espíritu de la serie televisiva. Y es que su debut en largo es todo lo que podíamos imaginar que puede dar de sí la protagonista a lo largo de 85 minutos.

Si en cada uno de los episodios de la serie la oveja siempre trata de alterar la tediosa rutina cotidiana de la granja en la que habitan, aquí Shaun repite intenciones sin imaginar que las consecuencias de ese pequeño gesto de rebeldía e inconformismo llevara al lanudo personaje y al resto del rebaño, incluido el perro Bitzer, a vivir una descacharrante aventura por la gran ciudad. Fiel asimismo a los trazos cómicos del slapstick y sin diálogos, La oveja Shaun es rica en gags sencillos a la par que eficaces, visuales y sonoros; en soluciones formales; en secundarios, y en ideas que van y vienen y que siempre encuentran en la historia su razón de ser y de reír. Quizá La oveja Shaun no nos redescubra las maravillas pretecnológicas de lo que son capaces los cerebros y las manos de Aardman, pero su humor bucólico, tierno y pastoril alcanza terrenos emocionales a los que pocos pueden llegar.